UNA CITA OBLIGADA: EL ENCUENTRO CON UNO MISMO

Seguramente cada uno de nosotros se ha topado en su camino con una persona que ha sido el objeto de nuestra envidia sana, porque se nos mostraba como alguien que lo tenia todo en la vida, una familia unida con la que compartía momentos muy bonitos, una pareja que la adoraba, un trabajo que le gustaba, bien pagado, una vida económicamente cómoda, una casa ideal y por supuesto un montón de amigos. Cada vez que estábamos con ella, siempre sonriente y hablando de su felicidad, volvíamos para casa con la sensación : que suerte que Anita le va todo también, como me gustaría tener unos padres que me comprendieran tanto y tan dialogantes, hay que ver que joven y ya trabaja....

Con los años se suceden los encuentros, ya ha cambiado 5 veces de pareja pero cada una de las sucesivas es tan maravillosa o más que la anterior, ha cambiado 7 veces de ciudad pero en cada una de ellas ha hecho unos amigos inmejorables aunque nunca más ha ido a visitarlos y ha pasado de en 4 año de viajar continuamente porque le encanta conocer sitios, a no salir de casa porque le gusta leer compulsivamente, de vivir consumiendo ropa y complementos, por supuesto de marca y cuanto más caros mejor, a no preocuparse por la imagen, de una vida hogareña y sedentaria al más desenfrenado ataque de la practica deportiva.

Y tu todos los años impasible, asistes a esos largos cafés en los que soportas estoicamente sus alegatos interminables de felicidad y fortuna, intentando compartir con ella o algo de tu “ monótona vida” y lanzando alguna pregunta inocente porque no te acaba de encajar tanta plenitud y cambiante vida. Y cada nuevo café te vas para casa con la sensación de que algo no te encaja y de que has estado en el cine en vez de compartiendo una charla con tu amiga.

De repente un día dejas de oír los sonidos que emanan de su boca y la miras a los ojos y donde antes oías felicidad tu solo ves tristeza, donde había una vida plena y satisfactoria, tu solo sientes un inmenso vacío, y donde antes experimentabas envida sana, ahora experimentas compasión, y tu amiga sigue hablando.... Pero lo peor viene después cuando tu empiezas a descubrir que esa vida perfecta no era tan perfecta y todo empieza a resquebrajarse y saltar por lo aires, que no hay tantos amigos, que sus relaciones sentimentales han sido un desastre y la que tiene ahora no es mucho mejor, que sus padres no se llevaban también, y que no le gustaba ni practicar deporte, ni leer, ni viajar, ni ninguna de las cosas que había hecho hasta ahora, pero no lo sabes por ella, porque en ella o él, todo sigue perfecto. Como la ves infeliz tu intentas ayudar, estas siempre para ella, sigues quedando cada vez que te viene a buscar, la atiendes al teléfono cada vez que le da un ataque de soledad y te necesita o cuando quiere olvidarse de todo y divertirse y como no lo puedes evitar intentas hablar con ella, dialogar, ver lo que realmente le pasa porque no es feliz, aconsejarla, pero nada su vida sigue de mal en peor, y te sientes frustrada porque estas viendo lo evidente una profunda tristeza en sus ojos y un vivir sin vivir y por más que intentas ayudar no consigues nada.




Un día llegas a la conclusión de que no es que tu no la entiendas o no la sepas ayudar, que no es que no hayas hecho todo lo suficiente, que no es que hayas perdido la paciencia, es que ELLA ESTA PERDIDA, se perdió en algún punto del camino o nunca ha sabido quien era o a donde iba.

Y en ese momento te das cuenta de tu bendita “vida normal y monótona”, pero tan tuya,
esa en la que cada paso responde a tus más profundos deseos, principios, convicciones, esa que te lleva exactamente a donde tu quieres ir, y te hace estar en cada momento donde quieres estar, con quien quieres estar, aunque a veces simplemente sea contigo mismo, haciendo lo que quieres y como quieres y disfrutando de ello, a pesar de que otros no lo entienden, creen que has fracasado o que no haces todo lo que podrías hacer o lo que según ellos deberías hacer, piensan que eres un bicho raro, pero tu cada mañana estas contenta de estar contigo y de vivir contigo y no te asusta quedarte sola contigo misma.

En ese camino que hay que recorrer para desarrollarnos como personas y liberar nuestro potencial, el comienzo es una CITA CON NOSOTROS MISMOS, pues nadie puede desarrollar algo que no sabe lo que es, que atributos tiene, para que sirve. Aunque como paso previo al encuentro, hay que querer llegar a él, nadie puede ayudar a otro si ese otro no se quiere dejar ayudar, nadie aprenderá si no quiere aprender, y ente caso como en el de nuestra amiga estaremos perdidos, seremos meros espectadores de una película que ni siquiera refleja nuestra verdadera vida, asi que no lo pensemos más y comencemos a preparar la cita.

A esa primera cita con nosotros mismos acudimos como acudía Sócrates al encuentro con la verdad, la razón. El ser humano, su mente, se encuentra en el medio de un montón de “ maleza” y debajo de ella, bien escondida, “ LA VERDAD” , la justa valoración de los comportamientos, el sentido de las cosas. Cómo llegar a esa verdad? Cómo efectuar la operación de limpieza.? La alternativa utilizada por Sócrates es la IRONIA, presentarse ante el otro en el mismo plano, queriendo aprender de él, fingiendo no saber y utilizando el juego de las preguntas, las continuas precisiones, llevando al otro ante sus propias contradicciones, hasta que la MALEZA, que no son otra cosa que prejuicios, predisposiciones, ignorancia, falsos ideales, miedos que ocupan nuestra mente vayan dejando paso a la luz, la verdad, el conocimiento.
Una vez realizada la limpieza entra en juego LA MAYEUTICA para liberar ese potencial, esa capacidad, ese talento y ese saber que todos llevamos dentro pero que a veces ni sabemos. Porque con la Mayéutica Sócrates no actúa como portador de una verdad “ suya o universal” si no que ayuda a otro a buscarla en sí mismo, y eso lo consigue con el diálogo, la dialéctica, improvisando un discurso según los estímulos que le ofrece su interlocutor. Debemos ser Sócrates con nosotros mismos. Debemos cuestionarnos día a día, e interrogarnos a nosotros mismo.



La situación de partida ideal sería algo parecido a cuando nos encontramos inesperadamente con alguien, a quien no conocemos de nada, y sin más comenzamos a hablar, a intercambiar información, sin condicionantes previos pues no sabemos nada, solo nos queda ir descubriendo como es, de donde es, en que trabaja, que le gusta, como se comporta, que hace ahí, para llegar al conocimiento de esa persona y actuar en consecuencia. En esa situación nuestra mente, nuestro espíritu, y nuestro corazón está libre de prejuicios, de ideales, de imágenes, de deseos, esta pura y para llegar al conocimiento utilizamos las preguntas, la observación, escuchamos atentamente, volvemos a preguntar.

Asi debemos acudir a la cita con nosotros mismos, como si acabáramos de nacer y lo primero y único con lo que nos encontramos es con nosotros y no sabemos quien es, que busca, que quiere. Tenemos que comenzar el interrogatorio para llegar a saber realmente que es lo que nos hace disfrutar, que es lo que no soportamos, que vida queremos llevar, que trabajo nos gustaría desarrollar, en que momentos me he sentido bien conmigo mismo y por qué, cual son mis sueños, como me gustaría que me recordaran, que cosas me producen desasosiego o me alteran, con que gente me siento a gusto y con que gente no y cuales son las razones o como es esa gente.

En que momento de mi vida hice algo que no debía, porque lo hice, que sensación me ha dejado, porque no lo volvería hacer. Que virtudes destacaría de mi, que defectos tengo, como actúo ante distintas situaciones : ante la injusticia, ante las situaciones límite, ante las disputas, cuanto estoy solo, cuando hay mucha gente....

Lo más probable, es que me haga falta más de una cita, y que tenga que insistir en ciertas preguntas, o tenga que hacer uso de la memoria, pero lo más importante será ser valiente, no tener miedo a encontrar cosas que no nos gustan porque seguro las habrá y si no las descubrimos no podremos cambiarlas, pero seguro que también encontraremos cualidades a las que no habíamos dado importancia y que al analizarlas retrospectivamente nos damos cuenta que nos han reportado grandes resultados y que pueden seguir reportándonoslos en el futuro. A lo mejor descubrimos también que estamos haciendo un montón de cosas que no sirven para nada, de las que no obtenemos ningún resultado y que nos están impidiendo concentrarnos en otras más importantes para nuestros verdaderos objetivos, o que estamos comprometiéndonos con tareas por complacer a otros y esas tareas no nos complacen a nosotros.

Llegar a la esencia misma de las cosas no es fácil, requiere tiempo y dedicación, llegar a detectar nuestro verdadero yo ese en el que lo actuado responde a lo verdaderamente deseado, reconocer sinceramente nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades, necesita de CORAJE, DECISIÓN, Y MEDITACIÓN.

Por que cuando alguien o algo nos interesa, le reservamos y dedicamos todo nuestro tiempo, a caso no soy YO alguien interesante como para concederle unos minutos todos los días, o al menos una vez a la semana para saber como está, que le preocupa, porque ayer le grito a una compañera de trabajo, por qué hace días que como compulsivamente?

De la misma manera que necesitamos comer, dormir, movernos todos los días para no morirnos, necesitamos dedicar un espacio temporal diario a la reflexión, a la meditación, al encuentro con nosotros para no perdernos, para que esa brújula interna que es la conciencia de nosotros mismos y que dirige sabiamente nuestra vida no se estropee, sin este espacio todo intento de desarrollo personal, de progreso y de aprendizaje será estéril.


El primer objetivo de la relación formal de Mentoring, es ayudar al mentee, a que saque a la luz su verdadero yo, que se conozca a si mismo, sus debilidades y fortalezas, para que pueda afrontar el cambio que todo proceso de mentoring supone.