Desde hace 10 años pertenezco a una Asociación de Mujeres Empresarias en Asturias, ASEM, ASOCIACIÓN EMPRESA MUJER, que ha sido para mi una segunda universidad, una escuela de la vida y la empresa, en definitiva un foro de aprendizaje continuo.
Su funcionamiento no burocrático, abierto, flexible, que algunos llaman anárquico o desorganizado, produce resultados excelentes, aunque sea difícil de explicar o quizás entender para algunos. Incluso para las que estamos dentro y formamos parte del núcleo central, que en muchos casos nos vemos obligadas a denominar JUNTA DIRECTIVA, aunque no tenga nada que ver con lo que la realidad de las organizaciones define como tal, nos resulta complicado definir cual es nuestro sistema de trabajo.
Supongo que lo que se sale de lo habitual, lo común, lo “normal” a todos nos asusta, por indefinible e incontrolable, porque si no sabemos cómo es, no podemos atacarlo sin caer en la sin razón, pues no tendríamos argumentos, tampoco podemos seguirlo o incorporarlo a otras organizaciones o instituciones, así que nos encontramos en el papel de un espectador que ve el fin de una película y no lo entiende, a pesar de haber estado contemplando atentamente la trama.
La tendencia natural suele ser en estos casos, la de tratar de averiguar como se hacen las cosas, para normalizarlas, darles metodología y procedimientos. Cosa difícil en el caso de ASEM donde no hay personal empleado, no hay cargos, ni funciones, simplemente hay una serie de socias, que deciden aportar voluntariamente su trabajo a la Asociación, haciendo lo que mejor saben hacer en cada momento. Pero esas socias, todas empresarias, con sus propias y repletas agendas, van y vienen, porque a veces tienen dedicaciones personales o profesionales que son prioritarias a las de la asociación, porque en un determinado proyecto su aportación no es requerida, o porque con el tiempo se va dando paso a caras nuevas, espíritus más jóvenes.
Creo que en esta tesitura establecer normas, reglas y procesos no resultaría lo más adecuado.
¿Cual es por tanto, la clave del éxito ¿ Una red circular, con un núcleo central formado por un grupo de personas que atesoran la filosofía de trabajo, el conocimiento sobre las personas que están dentro y fuera de la red, manejan información importante dentro del mundo empresarial, o tienes relaciones con otros grupos en los que también se genera esa información, mantienen la cohesión del grupo en torno a unos valores y principios que son aquellos por y para los que se creo ASEM.
Estas personas son un circuito de mentoras internas, mentoras que se encargan de transmitir la cultura de la organización, el sistema de trabajo basado en la cooperación, las relaciones entre las socias, los contactos, y la circulación de la información por la red.
Estas mentoras, personas con más experiencia empresarial, y más antigüedad en ASEM se encargan de acoger a las nuevas asociadas y hacerlas participar plenamente de la red, detectan en las nuevas incorporaciones mujeres que pueden incorporarse al núcleo central y trabajar para el resto de asociadas. Las guían y aconsejan para que su camino en la asociación sea para ellas lo más provechoso posible y además hagan que esa ventaja se convierta en un beneficio para el resto de las mujeres empresarias y para la sociedad en general.
La clave en todo este sistema, está en como fluye la información, desde la base, hasta el núcleo y desde aquí a toda la red. Se motiva a todas aquellas socias que están implicadas de una forma más directa en el trabajo diario de la entidad, a que la información, contactos o experiencias a la que tengan acceso por su vida profesional o personal, la compartan con la asociación. El flujo habitual en estos casos es pasar dicha información a una de las mentoras, esta lo pasa a la Junta Directiva y de ahí se transmite al resto de las asociadas si es de aplicación general, a un grupo o a una persona en concreto, según los casos. Todo esto se realiza en la mayor parte de los casos utilizando el correo electrónico, con lo cual es prácticamente instantánea. Pero solo se transmite información valiosa, con capacidad de aplicación concreta y obtención de resultados satisfactorios, se transmite conocimiento.
Esta red de excelencia es el mejor ejemplo de MENTORING MÚLTIPLE que conozco, porque lo he vivido y lo he podido estudiar durante años, y ha sido la base para poder desarrollar PROGRAMAS DE MENTORADO formales y estructurados dirigidos a emprendedoras y empresarias noveles.
Asimismo en el estudio realizado por Carolina López Nicolás y Ángel L. Meroño Cerdán, ambos profesores de la Universidad de Murcia, Departamento de Organización de Empresas y Finanzas, Facultad de Economía y Empresa sobre “ Propuesta de un Modelo de Gestión del Conocimiento” se cita el mentoring como una herramienta dentro de ese modelo, definiendo a un Ment@r como < un agente que transfiere cultura y conocimiento organizativos, proporcionando a los protegidos información sobre cómo navegar en el complejo sistema político informal de la organización, así como sobre cuáles son los comportamientos más adecuados dentro del sistema (Singh et al., 2002).>
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